¿Técnicas para dar un respiro a nuestra mente?

Hoy vamos a hablar de las técnicas psicológicas que pueden aplicarse cuando estamos "desbordados" por cualquier razón, y sin embargo queremos tener nuestros pensamientos bajo control. 

Todos hemos experimentado alguna vez, bien por tener que enfrentar situaciones de alta demanda emocional, o simplemente por mantener en el tiempo un  ritmo de vida más acelerado de lo que en realidad deberíamos soportar, nos ha costado mantener la serenidad mental y la claridad de ideas, incluso nos hemos sentido francamente mal.

Existen técnicas que, en muchas ocasiones son realmente fáciles de realizar por simples, pero que han demostrado empíricamente ser útiles para ayudarnos a calmar nuestra mente en esos momentos de crisis.

Actúan cambiando nuestro foco de atención desde esa situación, pensamiento, o  deseo “invasivo” , hacia otros estímulos o tareas que nos distraigan y nos ayuden a parar la escalada de activación que se desencadena en nuestro sistema nervioso.

De hecho, todos hemos experimentado alguna vez , que cuanto más empeño ponemos en no pensar en determinada cosa, mayor es la dificultad para eliminarla de nuestra mente. Por ello, conviene conocer que podemos poner en marcha estas "tareas psicológicas" en esos momentos en los que las necesitamos.

Como todas las cosas, requieren de la práctica para ser efectivas. Recuerda que no es magia, es ciencia y su éxito va a depender de emplearlas de forma adecuada y del nivel de implicación que estés dispuesto/a a adoptar. 

¿Y cuál es la forma correcta de ponerlas en práctica? Voy a utilizar una analogía para explicarlo. 



Imaginad que vuestra mente es un precioso caballo que vive libre en un hermoso paraje. La mayor parte del tiempo, estará plácidamente tranquilo en su hábitat, pero cuando perciba alguna amenaza, sea esta real o no, reaccionara a ese peligro real o imaginario, eso poco importa, se pondrá inquieto, vigilante, vigilará el entorno,  y en ocasiones, saldrá a galope del lugar e incluso se puede desbocar.

Pues bien, hay que saber que una vez desbocado, no se puede hacer mucho más que apartarse de su camino para no ser arrollado por tan noble animal. Lo más indicado sería llegar a poder descubrir cuales son los signos que anuncian que puede desbocarse, para poder tranquilizarlo antes y así evitar la pérdida de control. 

Sí nuestra mente actúa como el corcel, es muy importante que  cuando estemos tranquilos aprendamos las técnicas hasta dominarlas, de forma que cuando percibamos en nosotros los primeros signos de inquietud o nerviosismo, seamos capaces de poder aplicarlas (sobre todo, aquellas que ya hemos comprobado que nos funcionan mejor) y facilitar así la recuperación del bienestar mental que buscamos.

Debemos hacerlo antes de perder el control de nuestra mente, porque una vez está entre en pánico ya será mucho más difícil poder hacerlo. Por supuesto, no todas las técnicas van a funcionar igual de bien para todo el mundo, por ello os sugiero practicar varias de ellas, para que cada cual identifique aquella que mejor encaje con él o ella. 

Cierto es, que no estamos hablando de un remedio milagroso que va a alejar de tu vida la ansiedad y te va a convertir en un monje tibetano. El problema que esté a la base de la pérdida de control, o la crisis, del tipo que sea, se va a tener que tratar si quieres lograr la estabilidad, pero igual de cierto es el saber que si tienes herramientas que te ayuden a mantener la calma, será más fácil llegar a conseguirlo. 

Sí es de vuestro interés este tema, lo dejáis en comentarios y en próximas entradas, iremos viendo algunas de ellas que son sencillas y que está comprobado que funcionan.




Comentarios

Entradas populares