Factores que contribuyen al inicio y mantenimiento de la compra compulsiva
1.
Insatisfacciones vitales, frustraciones y
otros problemas psicológicos
que se proyectan a través del consumo y de la adquisición de cosas nuevas. En
algunas ocasiones compramos por aburrimiento. Comprar resulta gratificante, y
eso basta, es un placer porque da respuesta cumplida a los deseos de la gente.
2.
La
influencia de la publicidad. Los deseos pueden ser conocidos o desconocidos por la persona que los
tiene. El buen marketing se encarga de desvelarlos y de encauzar al que los tiene
hacía la manera de satisfacerlos. El consumidor “aprende” que comprar
determinados productos le va a ayudar a escapar de cualquier estado negativo en
el que se encuentre, por ejemplo:
- superar el estrés
- reducir la tensión interna
- subir el estado de animo
- aliviar la depresión
- superar problemas personales
3.
Deseo de prestigio social y el afán por
destacar ante las demás
personas mediante la adquisición y posesión de bienes materiales. Tener cosas
materiales se usa como una prueba de que uno es exitoso. No importa si otras personas tienen mayores
ingresos, lo que importa es tener lo que otros tienen o más de lo que otros
poseen
4.
Vivir en el pasado. Puede darse el caso de que una persona que
tuvo un estilo de vida de altos gastos, ahora vea como sus recursos financieros han
mermado considerablemente, pero, acomodada a su estilo de vida de altos gastos,
sigue consumiendo como antes sin adaptarse a la realidad financiera del
presente. O bien, el caso contrarío, la persona que en el pasado vivió un periodo
de escasez o pobreza y una vez superado gasta desenfrenadamente tratando de
recuperar lo que deseaba poseer pero no podía alcanzar.
5.
Facilidad de crédito. Usan las tarjetas de crédito para financiar
un estilo de vida que no se puede sostener con los ingresos percibidos. Las
ofertas de tarjetas de crédito y los pagos mínimos son usadas para justificar
gastos continuos por encima de las posibilidades económicas. Según el Banco
de España el número de tarjetas
bancarias paso de 18 millones en el año 1988 a 80 millones en el 2008.
6.
Otras veces compramos por necesidad. La necesidad es un objetivo vital, lo cual
significa que es compleja. Y lo es porque encierra objetivos, deseos, creencias
y decisiones. Los expertos en publicidad y marketing lo saben y lo manipulan, y
la predominancia de los valores materialistas en la sociedad actual son un
caldo de cultivo especialmente bueno para el desarrollo de este tipo de
trastorno.
7.
Otros factores: autoservicio, el pago diferido, el
encontrarse a otros compradores con carros repletos, tarjetas de fidelización, dependientes
amables, etc. influyen sobre todo en aquellos casos donde hay una falta de
presupuesto. Si uno no lleva la contabilidad de sus ingresos y gastos, gastará
sin control y sin darse cuenta de que cada día está cayendo más en deudas.
Los problemas de
comportamiento relacionados con el consumo son situaciones en las que todas las
personas podemos encontrarnos en alguna medida: poco, mucho o muchísimo.
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