lunes, 11 de marzo de 2013


LUDOPATIA (II Parte)

Algunos de los síntomas que se asocian a la presencia de  un problema con el juego son:
·        Es imposible resistirse al impulso de jugar.
·    Se experimenta una tensión creciente en los momentos que preceden al inicio de la conducta de juego.
·        Esa tensión desaparece después de jugar, y no solo eso, sino que se experimenta placer con el juego.
·        Hay una perdida de control una vez que la conducta se ha iniciado.
·      Existe una preocupación frecuente por la conducta de juego.
·    La dedicación al juego es mayor en tiempo, o en gasto de lo que se había previsto inicialmente.
·       El jugador realiza repetidamente esfuerzos por disminuir la frecuencia o la intensidad de la conducta de juego, generalmente sin mucho éxito.
·       Hay una dedicación excesiva de tiempo a la conducta de juego, o a la recuperación de los efectos de esta conducta. Esto dificulta la dinámica funcional normal en cualquiera de los ámbitos vitales de la persona con este tipo de problemática.
·   En consecuencia del punto anterior, se produce una disminución de las actividades sociales, familiares y/o profesionales que suelen provocar un mayor número de problemas y estrés al jugador.
·       A pesar de ello, y de ser consciente de que el desencadenante de todos estos problemas y de otros de tipo financiero, incluso de salud es el juego, se continúa jugando.
·    Cuando no se puede llevar a cabo la conducta de juego, la ansiedad y la irritabilidad aumentan considerablemente. 
El problema de la ludopatía, choca con algunas dificultades añadidas:
·    La aceptación social del juego. En nuestra sociedad ciertas conductas que implican apostar un dinero a un juego de azar, están absolutamente normalizadas, pues comprar un décimo o un cupón es algo que puede catalogarse como “normal”.
·    La disponibilidad de los mecanismos de juego. Ya era un problema para la persona afectada de este tipo de adicción el tener, al menos una maquina tragaperras en cada bar, cafetería o restaurante en los que entrara. Se unió posteriormente la opción online, muy peligrosa para los jugadores por sus especiales características, pero sobre todo por la disponibilidad total que representa. Ahora, con la irrupción en las cadenas televisivas de todo tipo de juegos de azar ni siquiera es necesario tener Internet para poder apostar desde el sofá de casa.
·        Esto es un verdadero problema, pues de todos es sabido que el medio tecnológico con más altas tasas de penetración en los hogares, no comparables por ninguna otra tecnología, es la televisión, con lo que trasladar este tipo de juegos desde los lugares físicos e claramente identificables en los que se desarrollaban este tipo de conductas y que permitían tomar la decisión de ir o no,  incluso de autodenunciarse para que a un jugador se le impidiese el acceso a ellos, al salón de la propia casa, donde además se anuncian estos “casinos televisivos” sin previo aviso, en los descansos de cualquier programa, serie o  película que el jugador esta viendo tranquilamente,  es en mi opinión error muy, muy grande y que conllevara consecuencias graves de las que no estoy segura que nos lleguemos a enterar. Esta forma de actuar en una época de fortísima crisis económica, refleja claramente que el mayor interés del juego de azar es única y exclusivamente ganar dinero a toda costa.
·    Curiosamente, la aceptación inicial del juego, se transforma en un estigma social del jugador, más grave en el caso de las mujeres. Es muy difícil aceptar que se tiene un problema con el juego y se necesita ayuda. El jugador aunque sepa que necesita ayuda no cede fácilmente a ser incluido en una categoría social que sabe estigmatizada y en cierto modo, es así. Nuestra sociedad no ha sabido dar el sitio que les corresponde a las personas que están pasando por una situación de adicción al juego. Un indicador de ello es que no es hasta el año 2003 cuando se comienza a tratar en las UCAs (Unidades de conductas adictivas), recursos que en ese momento, no estaban preparados para dar respuesta a este tipo de demandas. Es en el año 2009 cuando la Universidad de Valencia imparte la primera edición del postgrado de Especialista en Juego Patológico, al cual pertenezco. Deberíamos ser capaces de normalizar el tratamiento de las adicciones, entonces estaríamos en el camino correcto.

El hombre es un ser complejo. Es la combinación de la expresión de la genética recibida, el aprendizaje al que ha sido sometido, la calidad del afecto recibido, la calidad del ambiente en el que se desenvuelve, la época en la que se desarrolla su historia, el modelo de vida que elija,…………........, inclasificable. 
Seguirá...

domingo, 10 de marzo de 2013

Ludopatía, la mala apuesta. (I parte)

El juego esta unido a la humanidad desde los inicios de esta, y cuando  se desarrolla dentro de los parámetros relacionales normales, cumple una importante función social. Pero este comportamiento lúdico,  se convierte en un problema cuando la ideación y la conducta de juego pasa a ser quien controla la mente del jugador, casi siempre (sino siempre) por la intervención del azar y de las apuestas de dinero a una combinación numérica, o de símbolos que puede conllevar una “probable” ganancia mediante la “segura” y “primaria” inversión de una cantidad más o menos importante por parte del jugador.
Este es un problema que, aunque evidentemente ha existido siempre, en nuestro país se hace mucho más visible y se incrementa de forma importante el número de personas afectadas a partir de la década de los 80 del pasado siglo, coincidiendo con el "boom" de salones de juego, maquinas tragaperras y casinos. La legalización de los juegos de azar había llegado!
Las características de los juegos de azar habitualmente no son conocidas  por los jugadores, que explican mediante de una serie de sesgos cognitivos el motivo de su conducta de juego y de su incapacidad para dejar de ejercerla. Veámoslas:
·      Los resultados de los juegos de azar no dependen de una estrategia de juego, ni de la habilidad del jugador. Son azarosos, no estables.
·  Sus resultados se basan en las leyes de la probabilidad, una parte de las matemáticas científicas que tiene teoremas y leyes complejas, y que no son modificables con rituales o conductas “especiales”.
·     Tienen una finalidad: el interés monetario. Están diseñados para ganar dinero, no para enriquecer al jugador. De hecho, la lotería se introduce en España por el Marques de Esquilache en 1763, con una intención únicamente recaudatoria en un momento histórico de necesidad de llenar las arcas del reino. Una consecuencia de la llegada de la lotería y las apuestas con dinero, es la aparición de la banca. Desde entonces, ni siquiera la guerra civil fue suficiente motivo para que dejase de realizarse el sorteo semanal de la Loteria Nacional.
·        Se desarrolla en “espacios de juego” (el bar donde se juega habitualmente, el casino,..) lo que provoca una absorción de la realidad. Un juego será más adictivo, cuanta más realidad sea capaz de absorber (véase las maquinas tragaperras: las luces, los sonidos, las ruletas de símbolos, todo esta en función de atrapar toda la atención del jugador).
·  Conectan directamente con la parte emocional, dejando de lado la parte racional. Juegan con la ilusión de las personas, y en este punto los medios de comunicación tienen un importante papel. Todos conocemos anuncios publicitarios, algunos realmente impactantes para el espectador, en los que se resaltan las bondades de un sorteo determinado. Por no hablar de las típicas imágenes de cada Diciembre en los que se nos muestra, por activa y por pasiva, la alegría de una ínfima parte de todos los miles y miles de personas que han regalado gustosamente al estado una parte de sus ingresos comprando su décimo (o decimos) y que nunca, nunca aparecerán por ello en un noticiario de ninguna cadena televisiva, ni serán portada en ningún medio escrito.
·        La privación de juego provoca un estado de tensión altísimo. Esta tensión se resuelve jugando, lo que hace que la situación de juego se convierta en un reforzador potentísimo. Cuando vuelva a aparecer la tensión, se volverá a jugar.
·    Además, el juego de azar provoca en el jugador una distorsión de pensamiento en la línea de que pase lo que pase, debe seguir jugando. Si esta perdiendo, piensa que en la próxima jugada es cuando va ha ganar; si por el contrario esta ganando, es por que esta en racha y sigue jugando. ¡Como va a dejarlo!

Los jugadores patológicos  presentan una serie de características que los diferencian de los consumidores a sustancias adictivas.
  • Carecen de los riegos físicos derivados del consumo de la sustancia (deterioro, toxicidad,...)
  • Justifican las perdidas situando la causa del problema fuera de su control (Es un mal día, la maquina no estaba en su punto, ...) 
  • No es frecuente que presenten otro tipo de conducta adictiva sin sustancia al mismo tiempo (las poliadicciones sí son frecuentes en adictos a drogas)
  • Lo que sí suele estar presente es un consumo alto de tabaco y/o alcohol en el tiempo asociado al juego
  • No es infrecuente encontrar en  estas personas que presenten una baja tolerancia a la frustración
  • Dos tercios de los jugadores patológicos son varones, frente a un tercio de mujeres. Solo el 10% aproximadamente de los que acuden  a terapia son mujeres.
  • El 75% de los jugadores con problemas con el juego,  apuestan  a las maquinas tipo B o tragaperras (presumo que la aparición de programas de todo tipo juegos que se han incorporado recientemente en las cadenas televisivas, unidos a los ya existentes juegos on-line tendrán una consecuencia  notable en estos datos en los próximos estudios que se realicen).
  • De este 75%,  el 90% son fumadores, 80% consumen alcohol; y en los hombres el 40% presenta depresión frente a un 70% en las mujeres.
Un jugador esta convencido de que va a conseguir el premio.
Juega porque no puede dejar de jugar.

jueves, 7 de marzo de 2013


 Asertividad

SER ASERTIVO SIGNIFICA:
·      Hablar honestamente.
·      Esperar a ser tratado con respeto y tratar a los demás así 
·      Gustarse a uno mismo.
·      Defenderse y cuidarse
·      Ser amigo de otros
·      Mantener la serenidad o sentido del humor para manejar  tranquilamente las situaciones difíciles.

Qué es la asertividad? 

Podríamos definir a una persona como asertiva cuando fuera capaz de tomar decisiones en la vida, hablar con franqueza y honestamente, pedir lo que se quiere y decir “no” a lo que no quiere. 
Es aprender a sentirse con valor, capaz y poderoso. Significa interesarse por uno mismo.  Pero la persona asertiva también ayuda a que los demás se sientan bien, tratándoles con cariño, amabilidad y consideración. 
La asertividad ayuda a alcanzar nuestras metas, pero no nos dice cuales son.


Los diferentes  estilos de comportamiento con los que se pueden afrontar las situaciones cuando no se hace uso de la asertividad como método de resolución de conflictos son:

1)    AGRESIVO: Las personas agresivas consiguen sus metas:


-     Humillando a la gente, insultando y diciendo cosas desagradables.
-     Hiriendo a la gente física y mentalmente
-     Intimidando a la gente física, mental y emocionalmente
-     Diciendo a la gente lo que tiene que hacer, tomando el control y obligando a que hagan     cosas contra sus propios deseos
-     Imponiendo reglas sin escuchar a los demás
-     Interrumpiendo a la gente.

Lenguaje corporal agresivo:

    •  Expresión de cara enfadada o severa
    • Mirada desafiante
    • Postura corporal tensa
    •  Voz alta
    •  Gestos exagerados
La agresividad hace que uno se sienta mal y pierda la autoconfianza. A la mayoría de la gente no le gusta estar con personas agresivas, las evitan.
Cuando la gente se siente intimidada se enfada: las personas agresivas se sorprenden del enfado de la gente, porque no prestan atención a los sentimientos de las personas, por tanto no se dan cuenta de que los están hiriendo.

2)     EL PASIVO: 

El pasivo tiene una imagen terrible de si mismo y poca autoconfianza. La gente pasiva suele ser utilizad. La conducta pasiva es la ausencia de conducta, no hacer nada, no correr riesgos, tener la boca cerrada,..... Los demás toman las decisiones, dirigen su vida y dicen lo que tienen que hacer
-     La persona pasiva no se defiende
-     Espera que los demás tomen las decisiones por él.
-     Se queda callado aunque conozca la respuesta correcta o la mejor acción a seguir.
-     Prefiere no pedir favores ni ayuda
-     Desaparece, se retira, no causa problemas.

        Lenguaje corporal pasivo:

    •  La cara parece triste, tímida, asustada.
    • Evita las miradas
    • Hombros caídos
    • Voz temblorosa y floja.

3)     EL PASIVO-AGRESIVO:

Parecen simpáticos, pero casi siempre están enfadados ya que casi nunca consiguen lo que quieren.
-     No son honestos ni consigo mismos
-     Guardan su enfado y esperan la revancha
-     Ajustan cuentas sutilmente (llegan tarde a citas, olvidan cosas…)
-     Te dejan preguntándote ¿Qué ha pasado?, ante comportamientos que resultan inesperados, que no tienen coherencia.

           Lenguaje corporal pasivo-agresivo:

    •   Su cara puede estar sonriendo, pero parece falsa,  dice algo que no                         es cierto.
    • La mirada varía según su humor
    • Voz aguda y tensa
    • Gestos que no acompañan a las palabras

Naturalmente, pocos de nosotros encajaríamos solamente en cualquiera de estas tres categorías, lo normal es que en alguna ocasión todos recurramos a alguna de las técnicas nombradas en los párrafos anteriores, puesto que en la conducta humana influyen un numero altísimo de variables de todo tipo y que mantienen una influencia fluctuante en la respuesta conductual de la persona ante un conflicto, siendo quizás las variables situacionales las que más frecuentemente ostenten un mayor peso.

   Pero la asertividad no es una característica innata que no puede aprehenderse. Toda conducta es susceptible de ser modificada, aplicando un esfuerzo por parte del aprendiz.
A modo orientativo, y sin pretender que se obvien las diferencias individuales y las variables situacionales de cada individuo, enumerare una serie de pasos a seguir para alcanzar un buen nivel de habilidad en la asertividad:

·   Reconocerse comportándose en cualquiera de los casos anteriores (pasivo, agresivo, pasivo-agresivo), es el primer paso hacia la asertividad.
·   Gustarse
·   Tener en cuenta los derechos de uno mismo
·   Ser responsable de los actos propios y de las consecuencias que estos actos
·   Pedir lo que se quiere esplicitamente y de forma adecuada
·   Decir “NO” sin sentirse culpable cuando se esta convencido de que debe negarse
·   Controlar el estrés y la ansiedad (aprender a relajarse)
·   Usar nuestras capacidades y valores
·  Tratar positivamente la crítica. Muchas personas tienen miedo a ser asertivas, porque tienen miedo a ser criticadas. Si se aprende a escuchar las críticas constructivas, uno no se siente atacado, ni humillado.
·   Dar y recibir cumplidos con naturalidad
·   Mostrar el enfado honestamente, sin agresividad (sin herir a los demás) y también dejar que expresen su enfado hacia ti.
·   Evitar ser manipulado
·   Tener (y mantener) amistades y relaciones cariñosas.

La asertividad se va formando lentamente. Significa tratar a la gente con amabilidad y respeto, defender tus derechos y respetar los derechos de los demás. Se puede alcanzar nuestras metas sin dañar a los demás.
Tampoco es juzgar a los otros, sino ser uno mismo y dejar que los otros lo sean también. Uno es la única persona que puede encargarse de sus responsabilidades,  quien puede hacer que la vida sea buena, productiva y útil (o lo contrario).

ESTRATEGIAS PARA SER ASERTIVOS:


Saber pedir: 

Esto es algo sobre lo que hay que incidir de forma importante, pues se trata hacer cambios profundos en la manera de pensar y comportarse, ya que a muchos de nosotros se nos ha educado en el “no hay que pedir”, desde muy niños, esto formaba parte de la buena educación. Ahora hay que reaprender a pedir: Si se pide algo de forma directa a alguien, le das la oportunidad para que te conteste honestamente.
Las personas pasivas no piden, esperan a que los demás “adivinen” que es lo que desean.
Los seres humanos nos necesitamos.  Si no pedimos todo aquello que necesitamos, la vida es una serie de decepciones. Es prácticamente imposible llevar una buena relación sin aprender a pedir lo que se quiere. Somos humanos, consecuentemente no somos perfectos.

Decir sencillamente NO

Muchas personas creen que el mundo se acabará si dicen “no”: No me van a querer, le voy a herir terriblemente, me guardará rencor para siempre….
A la gente no le importa tanto si se dice “no”.
Esto no quiere decir que siempre sea fácil decir “no”; puede ser muy duro, especialmente cuando la persona te importa. La asertividad es una buena ayuda. 

Muchos adolescentes piensan que para ser populares y tener amigos hay que seguir a la multitud, la tendencia es conformarse para ser aceptado.
Es de sobra conocida la importancia de la presión que ejercen los iguales en la adolescencia:
· En el aspecto SEXUAL: La presión a la que están sometidos los jóvenes a mantener relaciones sexuales, es abrumadora, para pertenecer a un grupo o ser “aceptado socialmente”, los jóvenes mantienen relaciones desde los 12, 13 y 14 años. La sexualidad es una de las maneras más profundas para expresar que te quieres a ti mismo y a otra persona: comunicación íntima a un nivel físico. Desde luego no es algo para regalar o para ceder o para probar a ver que tal es.
Se tiene derecho a tener control de la propia sexualidad.  La sexualidad nos pertenece.

·   DROGAS:  Decir NO, libera, ya sea en el sexo, drogas, o favores.  Decir no, es llevar el control de nuestras cosas, del tiempo, de nuestro cuerpo, de nuestras decisiones.
Según datos del CIDE (1990) en el intervalo de edad de 14 a 18 años en la población de Enseñanza media, el 63 % de varones y el 50% de mujeres son bebedores habituales; el 2% bebedores de riesgo y el o,5 consumo problemático; que en la muestra estudiada significa 25.000 alcohólicos y 70.000 adolescentes en riesgo de serlo(CIDE 1990, “Síndrome de Haddock: alcohol y drogas en Enseñanza media en España”)

Evitar la manipulación: 

Manipulación, es intentar que la gente haga lo que uno quiere sin pedirlo directamente. Si se pide claramente se da la oportunidad al otro de decir no, cuando se manipula poca gente puede negarse.
Se necesitan dos personas para manipular: una que quiere algo, otra que necesita algo. Es un juego sutil: el manipulador se da cuenta de lo que se “necesita” y  lo ofrece indirectamente. No da a conocer su jugada. El manipulado “nota” lo que la otra persona quiere y se lo proporciona. Son tratos tácitos, muchas veces inconscientes.
Este tipo de comportamiento se da mucho en las familias de alcohólicos, pero también en familiares de personas que presentan otras dependencias.

Estilos de manipulación:
·   La victima: La persona adopta impotencia y pasividad como forma de vida, manipula a los demás para que la cuiden, le solucionen problemas, la compadezcan etc…Dan oportunidad a que los otros se sientan inteligentes, poderosos, capaces y compasivos.
·  El depresivo: Atraen a los demás para que les ayuden y les salven. El objetivo es que le cuiden.
·  El que echa la culpa a los demás: Esta persona conoce por qué es infeliz, la manipulación es hacer que los demás se responsabilicen de su vida y le recompensen por ello, que los demás se sientan culpables.
·  El hipocondríaco: Elige la enfermedad para no enfrentarse a con la vida, es una forma muy dolorosa de satisfacer sus necesidades.
· El suicida: La manipulación puede tener resultados irreversibles. Algunas personas cometen suicidio por revancha, otros realmente no quieren vivir más. Estos casos SIEMPRE  que se conozcan, han de ponerse en manos de un profesional.
·  El salva-vidas: Te salva pero le perteneces.
·  El mártir: Se hacen tan necesarios que nunca se pueden abandonar.
· El facilitador: No quieren hacer daño, pero continúan facilitando una conducta que hace daño al otro. (No hace mucho apareció  en TV una madre, que pese a tener un hijo muy obeso, no dejaba por ello de suministrarle todo tipo de comida inconveniente, y además no podía reconocer que lo que hacía perjudicaba a su hijo, más bien se extrañaba de que los demás lo pensaran)

La toma de decisiones: 

Hacer elecciones. No se consigue lo que se quiere si  no se toman decisiones. Algunos pasos a seguir para encontrar una buena solución que apoye nuestra decisión son:
·        ¿Cuál es el problema? Definirlo lo mejor y mas concretamente posible
·        ¿Cuáles son las alternativas? Pensar en todas, sin restricciones de ningún tipo
·        Hacer una lista de aspectos positivos de cada una de las alternativas
·        Hacer una lista de aspectos negativos.
·        Pedir ayuda si se necesita: amigos, profesores, hermanos, padres, vecino…
·        Informarse sobre el tema en cuestión antes de pasar a la toma de decisiones.
·        Tomarse el tiempo necesario
·        No tomar la decisión si no se está seguro de que es lo mejor.
·        No tomar decisiones si se está desbordado o asustado por las emociones.
·        Aprender de las equivocaciones, verlas como oportunidades de aprendizaje.
·        Tener claras las metas.


Libertad y responsabilidad: 
Son ambas las consecuencias y exigencias de la asertividad. 
Para tomar el control de nuestra vida, es necesario discernir entre “el debería” y “el tengo que”, del “quiero”.
Si queremos gustar a todo el mundo, terminaremos no sabiendo ni quiénes somos ni qué queremos.
La responsabilidad se puede contemplar desde los siguientes niveles:
-         Ser responsable de acciones específicas:  Uno es la causa de lo ocurrido.
-         Tener responsabilidad  por algo, significa que se está obligado a hacerlo.
-         Tomar la responsabilidad: Es encargarse de algo, aceptar tanto el elogio como la culpa del resultado.
-         Ser una persona responsable: Significa actuar como adulto, tener metas, iniciativas y cuando se ve que falta algo por hacer, hacerlo.

A menudo es más fácil echar la culpa, que tomar la responsabilidad pero, en definitiva,  lo que se hace es mentirse a uno mismo y a los demás.
También es importante considerar el ponernos nuestros propios límites. 
 Ser responsable, es tener el control de nuestra vida. Eso nos hace poderosos, es lo que hace que  nuestra vida sea  lo que queremos.

viernes, 1 de marzo de 2013


Sigue de la publicación anterior

ADICCIÓN A LOS ESTÍMULOS DE COMPRA

  Algunas personas pueden sentirse especialmente atraídas por los distintos estímulos relacionados con la compra o las actividades de consumo: mirar escaparates, ir a un hipermercado o pasear por grandes almacenes
     Este tipo de comportamiento comienza a ser preocupante cuando pasa de ser una distracción a llenar la mayor parte del tiempo libre de la persona, a pesar de que no se tenga la necesidad de adquirir nada. Se vive como un impulso constante que llena totalmente las horas disponibles  imposibilitando la realización de cualquier otra actividad.

 ADICCIÓN AL CONSUMO Y COMPRA IMPULSIVA
El concepto de compra impulsiva se refiere al proceso psíquico que explica “el paso al acto” en la realización de las compras menos convenientes.
Algunas personas tienen dificultades para controlar sus deseos o sus impulsos y someterlos a la reflexión o la crítica antes de pasar al acto. Esta carencia hace que cuando ven alguna cosa que desean, no consigan “quitársela de la cabeza” hasta que no la compran.
El problema se inicia cuando una persona encuentra gratificante el hecho de ir a comprar y empieza a utilizar esta actividad como única forma de encontrarse bien


DISTINTAS TIPOLOGÍAS DE CONSUMIDOR IMPULSIVO

   Consumidor tipo 1: Adicto a los estímulos de consumo, pero autocontrolado en la compra y en el gasto.
     son sensibles a todos los estímulos relacionados con el consumo
     No comprar nada en absoluto no les produce frustración.
  Les gusta la animación que rodea a las tiendas o  sienten atracción por mirar objetos novedosos 
Este tipo de conductas puede ir derivando poco a poco en excesos en la compra.

  Consumidor Tipo 2: Adicto a los estímulos de consumo y a la compra pero autocontrolado económicamente.
     Además de sentir atracción por los estímulos de consumo experimenta un fuerte deseo de compra.
        Posee un autocontrol económico que le hace no gastar más dinero del que tiene.
    Es muy frecuente que conozcan muy bien sus debilidades y juzgándolas peligrosas utilicen trucos o procedimientos muy efectivos para no gastar más de la cuenta

        Consumidor Tipo 3: Adictos al consumo

      Su deseo es adquirir cosas, tener cosas nuevas, no el acto de comprar o los estímulos al consumo.
        No solo compran directamente en los comercios, también lo pueden hacer por catálogo, a través de amistades, o utilizando los nuevos medios informáticos.
      Son compradores muy exigentes puesto que siempre desearían comprar muchas más cosas de las pueden permitirse y por lo tanto valoran mucho el gasto que hacen

         Consumidor tipo 4: Adicto al consumo y al sobregasto

      Combinación de falta de autocontrol, tanto en la compra como en el gasto. La persona cede a todos los impulsos de compra, tenga o no dificultades para pagarla.
   Pertenecen a este grupo aproximadamente el 20% de la población que requiere ayuda psicológica por presentar problemas de mayor entidad (entre un 1% y un 5% de la población).

Alrededor del 50% de la población de las sociedades de consumo se encuentra en alguno de los casos anteriores

¿Técnicas para dar un respiro a nuestra mente?

Hoy vamos a hablar de las técnicas psicológicas que pueden aplicarse cuando estamos "desbordados" por cualquier razón, y sin embar...