Por fin llegaron!! Después de largos meses de espera, llegan los días más deseados de la primavera, aquellos que nos permite un valioso respiro y una necesaria desconexión… ¡las vacaciones de Semana Santa! Y para muchos, esto significa pasar tiempo de calidad (o eso esperamos) con la familia extensa: padres, hermanos, primos, tíos, sobrinos… el famoso “clan familiar”. Si bien la idea suena idílica en la teoría, la práctica a menudo viene cargada de una dosis extra de estrés que puede convertir esos días de ensueño en una auténtica prueba de resistencia. Y es que esto ocurre porque confluyen perfectamente la dualidad de estas dos realidades. Por un lado, las vacaciones en familia pueden ser una oportunidad maravillosa para fortalecer lazos, crear recuerdos inolvidables y disfrutar de la compañía de seres queridos. Por otro lado, la inmersión en una convivencia intensiva, las presencia de diferentes tipos de personalidades, las expectativas de cada miembro y la ruptura de la r...
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