Vamos a hablar de crisis.


Crisis 2020, ¿Cómo afectará al mercado inmobiliario? | Housfy



En general, una crisis se entiende como la entrada a una situación personal que obliga a juzgar y tomar decisiones importantes. Es un término muy utilizado en el lenguaje coloquial, y con demasiada frecuencia se utiliza haciendo hincapié en sus connotaciones negativas, asociándolo automáticamente a malestar, desequilibrio o riesgo; eclipsando su aspecto más positivo, la oportunidad de conducirnos a un nivel de madurez superior.

Para Taplin, la definición de crisis sería una “violación de las expectativas de la persona sobre su vida por algún suceso traumático, o la incapacidad del individuo y su mapa cognoscitivo para manejar nuevas situaciones”. 

Sabemos que todo cambio importante conlleva un cierto nivel de estrés, pero los cambios asociados a una crisis son desmesuradamente estresantes. Aparecen importantes dudas sobre cómo actuar y que pensar sobre uno mismo y el mundo circundante, se pierde seguridad y predominan la vulnerabilidad y la inestabilidad. Seguro sabéis de que hablo.

La persona vive la sensación de caos interior y desasosiego, de temor en el futuro, de apremio y de falta de sentido. En este estado, rara vez se mantiene la suficiente lucidez para considerar y prever objetivamente y con calma, los posibles resultados futuros. No deberíamos tomar decisiones importantes cuando nos encontramos inmersos en una situación de crisis.

Para la mayoría de la gente, la desorganización y el trastorno excesivos característico de la crisis les resultan casi, casi aterradores, al verse obligados a que afrontar sentimientos nuevos en su repertorio habitual de emociones. Al carecer de caminos para conceptuar y comprender la experiencia, muchos pacientes en crisis dicen tener miedo de “volverse locos”, “perder la cabeza”, “perder el control”, como si sus sentimientos fueran un signo de enfermedad mental.

En una crisis, se atraviesan estadios. El primero de ellos sería el estupor, que se traduce en asombro, miedo o inhibición ante unas vivencias nuevas e incomprensibles que está atravesando; la incertidumbre que se origina cuando se debe optar por una u otra salida, o en la búsqueda de esas posibles salidas; y la amenaza, o sensación de estar ante un peligro, a veces inespecífico y otras veces concreto. La crisis supone peligro por el dolor que conlleva la pérdida de seguridad y la estabilidad anterior, y oportunidad en tanto que al tocar fondo se presenta la oportunidad de salir fortalecido de la situación, si la persona es capaz de aprender nuevas habilidades o activar las que ya poseía.

Podemos decir, que una persona ha resuelto adecuadamente una crisis cuando además de restaurar el equilibrio, logra penetrar en el suceso precipitante de la crisis: encontrando un significado, expresando adecuadamente sentimientos, realizando las adaptaciones conductuales pertinentes, etc.; integrar su experiencia en su vida y es capaz de mirar abiertamente al futuro

Algunas de las situaciones desencadenantes de una crisis son:
  • La experiencia de pérdida, debido a circunstancias como la muerte, la enfermedad, un descalabro económico, un divorcio, un despido, etc. conlleva enfrentarse con la vivencia de desposeimiento.
  • La experiencia de fracaso e inferioridad, debido a malos resultados económicos en las empresas laborales, fracasos amorosos, no alcanzar el éxito basado en las expectativas atribuidas a un determinado rol, etc. La persona entra en crisis al sentir su valía dañada.
  • La experiencia de encontrarse en un callejón sin salida. Lo que conduce a la crisis es la incapacidad para elegir entre distintas opciones, ya que todas las alternativas aparecen con aspectos positivos y negativos, y el balance entre ellas es muy similar.
  • La experiencia de exceso emocional. Ante un determinado suceso que requiere un esfuerzo adaptativo importante, el sujeto no es capaz de reaccionar racionalmente y responde con una superioridad absoluta de la emoción.
  • La experiencia de sobrecarga, cuando se produce una suma se acontecimientos estresantes que desbordan a la persona y que agotan sus recursos de afrontamiento
Quizá el aspecto más llamativo de la teoría de la crisis es la idea de que esta puede conducir de un plano de desesperación, negativismo, peligro y desorganización, o a uno más positivo: el sufrimiento puede estimular también el desarrollo personal y la madurez
Precio de Rejas y Cancelas modelo castellano en Oferta

El apoyo psicológico sirve para reducir el dolor de estar solo durante una crisis, conduce a reconocer y legitimar sentimientos de ira, dolor, angustia, etc., y de ese modo reducir la intensidad emocional, la energía entonces puede reorientarse a efectuar algo sobre la situación. La gente que durante el trance de una crisis se califica a sí misma como enferma mental a menudo impone límites sobre su recuperación posterior.

Por otro lado, la gente que contempla su trastorno y desorganización como algo temporal y esperado por la gente normal, cuando las circunstancias de la vida son graves, puede liberar energía creativa hacia la superación de la crisis, con lo que se desarrolla una perspectiva esperanzadora de su propio futuro.


Comentarios

Entradas populares de este blog

AUTOESTIMA

LA PERSONA EN CRISIS