Pérdida, duelo y resiliencia: qué nos enseñan los incendios sobre la fragilidad y la reconstrucción personal
Las llamas que arrasan nuestros bosques no solo consumen árboles, fauna, infraestructuras y viviendas: dejan a su paso huellas emocionales profundas en las personas y en el ecosistema.
En España, desde este verano, se libra una batalla dolorosa contra una de las peores olas de incendios de las tres últimas décadas. Frente a esta devastación, emerge una oportunidad para aprender sobre el duelo, la fragilidad y la fuerza de reconstruir desde las cenizas.
Un país en llamas, un espejo de nuestras pérdidas
En lo que va de 2025, España ha visto arder más de 400.000 hectáreas, en lo que se perfila como una temporada de incendios sin precedentes ni final claro hasta el día de hoy.
Regiones como Ourense, León, Zamora y Cáceres conforman el tristemente llamado “triángulo del fuego”, donde comunidades enteras han perdido no solo territorio, sino también historia, pertenencia y vida cotidiana.
Localidades como Molezuelas de la Carballeda han vivido el incendio más devastador registrado, con más de 37.000 hectáreas arrasadas, numerosas evacuaciones y fallecimientos de voluntarios.
En Jarilla (Extremadura), más de 16.000 hectáreas y centenares de personas fueron desalojadas. En Tres Cantos (Madrid), el fuego, impulsado por una tormenta seca, causó daños severos y dejó una víctima mortal.
El humo tóxico, omnipresente, agrava la salud física y también la salud emocional: irritación, ansiedad, aumento del ánimo depresivo y efectos perjudiciales incluso para quienes no pertenecen a grupos de riesgo.
El duelo: cuando lo que arde también está en nuestro corazón
Perder el refugio, a vecinos, los paisajes o la seguridad genera un dolor profundo y legítimo. Este tipo de pérdida es fácilmente visible: un paisaje que cambia, los caminos que se cierran, el humo que abraza y confunde el entorno.
Pero también hay pérdidas que aunque presentes son invisibles: la paz interior, el sentimiento de control, la confianza en lo doméstico.
En la consulta, todo esto se traduce en la presencia de emociones complejas: temor por el futuro, culpa por “salir indemne”, impotencia por no haber podido “hacer lo suficiente”. El duelo que surge en contextos colectivos como estos, es un duelo compartido y, al mismo tiempo, muy personal.
“Lo que se niega nos somete. Lo que se acepta nos transforma.” — Carl G Jung
Resiliencia: la semilla que brota entre cenizas
Se dice de forma coloquial que la naturaleza es sabia, y ciertamente lo es. Tras la devastación forestal que conlleva el fuego, la tierra de una forma sorprendente, renace: hay brotes verdes que emergen de nuevo donde antes solo parecía que podía haber cenizas.
De igual manera, es posible que en las personas pueda germinar una fuerza inesperada y transformadora después de que la vida nos ponga a prueba, muchas veces arrasando al igual que las llamas, todo lo que encuentra a su paso.
Esta resiliencia no significa que tenemos que esforzarnos por estar siempre fuertes, ni mucho menos, significa que debemos permitirnos caer, sentir, compartir y, lentamente, tomar consciencia cada cual de sus tiempos y desde ahí, reconstruirnos.
Algunas claves que pueden acompañarte en este camino:
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Nombrar y honrar la pérdida: como por ejemplo, los testimonios de las personas evacuadas que han tenido que huir “con lo puesto”.
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Crear pequeños rituales: encender una vela por lo que ya no está, escribir una carta a aquello que se fue, cualquier ritual que te ayude a despedirte.
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Buscar y aceptar ayuda: así como se han movilizado las brigadas, UME, fuerzas de seguridad, o se ha aceptado la ayuda europea, se debe siempre poder pedir ayuda y aprender a aceptarla cuando tenemos la necesidad de ello.
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Cultivar autocompasión: tratarnos con ternura, reconociendo que el dolor es humano y que no hay una “manera correcta” de vivirlo. Hay tantas formas de recorrer ese camino, como personas habitan la tierra. No digas a nadie como debe sentir.
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Recobrar sentido desde lo creativo y colectivo: pintar, escribir, hacer deporte, dar largos paseos, participar de eventos de la comunidad... hacer aquello que nos hace sentir que formamos parte de algo más grande que nosotras mismas, es reconfortante y proporciona a nuestra vida un sentido de transcendencia..
“En medio del invierno aprendí al fin que había en mí un verano invencible.” — Albert Camus
Ecos ecológicos, ecos internos
La destrucción de ecosistemas como los Picos de Europa o Las Médulas (UNESCO) resuena en nosotras como recuerdos de aquello que perdimos, y nos presenta una realidad, lo vulnerables que somos, y lo efímero de tantas cosas por las que tanta energía empleamos.
No existe un consenso total (al menos, no un consenso apolítico y desinteresado) entre los expertos sobre las causas de estos incendios, desde los que creen que no son accidentes del destino, sino resultado del cambio climático, la sequía prolongada; hasta los que piensa que las causas son el abandono rural y la falta de gestión forestal. Seguramente, habrá algo de razón en todos ellos, ya que pensar que esta tragedia no es multicasual, es obviamente un error. Ahora, lo que toca es apagar los fuegos y recuperar cuanto antes todo lo perdido.
Al igual que nuestro país, tú que estas atravesando una situación difícil, que puede que la vida te haya quitado aquello a lo que te aferrabas y donde ponías toda tu vida, que quizás eres una de las personas que lo han perdido todo y que hoy estés pensando que ya nada tiene sentido, te pido que pares y respires hondo.
Todo tiene un fin, todo acaba. también el dolor, también la desesperanza. Escarbaras en las cenizas y veras la tierra fértil, y aunque ahora no lo creas, volverás a ilusionarte, a reír y a ser feliz. No te niegues esa puerta, en el muro en el que estas la necesitas y un día la abrirás.
Cuando estés preparada, estás invitada a reconectar contigo, a nutrir tus raíces emocionales y a visibilizar la sabiduría que nace del dolor. Te lo dice una valenciana, sabemos lo que es el dolor y la desolación por estos lares, y también de lo que es capaz dar la ayuda y ser ayudado.
El poder del acompañamiento profesional
Si reconoces en estas palabras una resonancia con tus propias emociones, permítete buscar ayuda. En consulta, presencial si estas en Valencia o por videoconferencia si estas en otra parte de España, podemos trabajar juntas desde un espacio de seguridad, empatía y fortaleza compartida, para transitar el duelo, volver a vincularte con tu esencia y descubrir en ti semillas de brillo que aún están por germinar.
Me encontraras en: egrau@cop.es
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