Cuando el descanso se convierte en sobrecarga emocional. Vacaciones y mujer
Todo el año esperando que llegue el verano!! Esos meses que son sinónimo de descanso, desconexión y felicidad ¿seguro?
Para muchas mujeres, el verano no trae precisamente paz, sino una sobrecarga emocional difícil de sostener. ¿Te ha pasado sentirte más agotada en vacaciones que durante el resto del año?
Si estás leyendo esto y resuena contigo, quiero decirte algo: ¡no solo te pasa a tí, ni estas exagerando!.
La presión (in)visible y constante a la que muchas mujeres se ven sometidas durante esta etapa del año tiene raíces profundas, reales y tratables.
¿Por qué ocurre esta sobrecarga emocional en vacaciones?
Se supone que las vacaciones son para descansar, en cambio, muchas mujeres asumen durante el verano un clarísimo incremento de trabajo debido a factores como:
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Cuidado de los hijos a tiempo completo, cuando desaparece la rutina de acudir al colegio.
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Organización de los viajes familiares, donde se asume que la mujer gestione absolutamente todo lo necesario teniendo en cuenta las necesidades de todos los viajeros.
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Visitas a familiares o reuniones en casa de familiares y amistades alejadas el resto del año, y que la logística suele recaer frecuentemente de nuevo en la figura femenina.
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Conciliación laboral, si además la mujer o bien trabaja desde casa o tiene que seguir acudiendo a su lugar de trabajo durante los meses de verano.
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Presión de imagen en redes sociales donde hay que manifestar que la mujer ideal sabe “aprovechar el tiempo”, crear recuerdos, estar feliz, ser la anfitriona perfecta......sin perder la sonrisa, ni despeinarse
Detrás de todo esto hay una idea cultural tan arraigada como normalizada: las mujeres debemos ser el eje emocional y organizativo de la familia. Poco importa si nosotras también necesitamos un respiro, unas vacaciones.
Cuando ese rol se intensifica y la mujer sigue adelante sin establecer límites, se convierte en una carga mental y emocional que resulta difícil de soportar.
¿Es posible que estés soportando una sobrecarga emocional?
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Cansancio persistente, incluso tras dormir bien.
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Irritabilidad o sensibilidad emocional aumentada.
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Sensación de estar “en piloto automático”.
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Ansiedad ante cada plan o actividad.
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Deseos de aislarte o llorar sin saber por qué.
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Dificultad para disfrutar de momentos que “deberían” ser agradables.
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Dolencias físicas sin causa médica clara: contracturas, cefaleas, problemas digestivos.
¿Y qué pasa si no escucho esa llamada de socorro de mi cuerpo?
Cuando esta sobrecarga emocional se normaliza y se prolonga en el tiempo sin que nada cambie, puede dar lugar a:
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Episodios de ansiedad o depresión.
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Problemas en las relaciones familiares o amistadees
Desconexión emocional.
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Baja autoestima por sentir que "no das la talla".
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Enfermedades psicosomáticas.
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Sensación de vacío o resentimiento al final del verano.
Es fundamental entender que cuidar de una misma, no es egoísmo: es responsabilidad.
Sentirse culpable por cuidarse, es indicativo de que tenemos viciado el orden de prioridades, recuerda que en el avión el primero en ponerse la máscara debe ser aquel que tiene capacidad de ayudar a los demás.
Cosas que van a aliviar esa sobrecarga
1. Revisa tus expectativas
No busques la perfección, relájate. Las vacaciones no tienen que ser perfectas. Está bien si hay días caóticos, si no logras hacer todo lo planeado o si decides decir “no” a algunas propuestas.
2. Reparte responsabilidades
La carga familiar no debe recaer solo en ti. Planifica un reparto en el que se dé la colaboración activa, aunque implique renunciar al “control” de cómo se hacen las cosas, o a que algo no este de cum laude, es tiempo de rebajar el nivel.
3. Resérvate espacios para ti
Incluso 20 minutos diarios para caminar sola, leer o simplemente estar en silencio, pueden ayudarte a reconectar contigo. Se trata de hacer algo que realmente quieras durante tu ratito privado, !!pero hazlo!!
4. Pon límites claros
No tienes que atender a todo el mundo todo el tiempo (y a algunos, nunca si no quieres hacerlo). Prioriza tu bienestar mental, saturarte no te va a ayuda, ni desde ahí, podrás ayudar a los demás.
5. Habla de lo que sientes
No eres una super mujer, no intentes parecerlo. Expresar como te sientes o tu frustración no te hace una peor mujer, madre, pareja o amiga. Te hace más libre y mejor compañera de los tuyos, y sobre todo más humana.
6. El paso más importante: sí el espiral tira de ti, no dudes pedir ayuda profesional
A veces, sabemos lo que necesitamos pero no somos capaces de hacerlo solas. Y saber que es normal, también está bien.
Como psicóloga especializada en el bienestar emocional femenino, acompaño a mujeres como tú a recuperar su equilibrio, establecer límites sanos y reconectar con su identidad más allá de los roles familiares.
La terapia me ayuda a ofrecerte un espacio seguro y sin juicios, presencial u online en la privacidad de tu hogar, donde podrás:
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Entender las causas reales de tu sobrecarga emocional.
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Aprender estrategias personalizadas para gestionarla.
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Reconstruir tu bienestar desde el autocuidado y la consciencia.
¿Sientes que ha llegado el momento de priorizarte?
Estoy aquí para acompañarte.
📍 Sesiones presenciales en
🌐 Terapia online desde cualquier lugar
📩 Puedes escribirme a egrau@cop.es para agendar tu primera sesión.
No esperes a que termine el verano sintiéndote agotada. Comienza hoy a cuidarte como mereces.
Porque te entiendo. Y puedo ayudarte.
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